Dracma: Ojos Bien Abiertos
Deben ser los únicos chilenos que se atreven a calificar públicamente al "Chino" Ríos como "el tenista más odioso". Las quejas contra el jaguar nacional que se asoman en "Chilenada" son, según ellos, advertencias de que "no está todo bien" y continúan con matices en el resto de sus temas. Así de aguda es también su música, avanzada oferta de rock pesado como lo que seguramente demandará el 2000.

Texto: Marisol García

Hay maneras y maneras de aspirar al éxito. A Dracma no es que no le interese el camino tradicional de descubrimiento-grabación-difusión-fama, sino que simplemente las cosas se les han dado de manera más complicada.

Este quinteto de rock pesado con influencias de hip-hop, jazz y funk, podría haber abandonado la competencia después de recorrer pacientemente las oficinas de todos los ejecutivos disqueros chilenos, confiados en encontrar un financiamiento que al final nunca llegó. La grabación de su disco debió interrumpirse una y otra vez por falta de medios, completando finalmente dos años de trabajo que para cualquier banda hubiesen sido desgastadores. Pero había atisbos de que las cosas podían funcionar, como la estupenda recepción para su primer single ("Verte morir", grabado en 1997) y, luego, el enorme empujón que significó el interés de Gustavo Santaolalla, legendario productor argentino hoy a cargo de la etiqueta Surco, por la cual Dracma presenta su primer álbum.

Como una especie evolucionada, Dracma se acostumbró a adaptarse a ambientes adversos y enriquecerse con ese esfuerzo extra. La diversidad de gustos de sus integrantes se potencia en un sonido que sale del cliché rockero y se aventura en detalles finos y letras mucho más concientes que las estrictamente necesarias. La experiencia de los hermanos Felipe (órgano Hammond, voz) y Cote (batería) Foncea junto a De Kiruza ayuda a ese desprejuicio y agudeza. Leo Araya (bajo), Polo Vargas (voz, guitarra) y Gamal Eltit (guitarra, ex-Dorso), completan una formación donde las ideas se acogen democráticas, como un gran taller de trabajo en el que emoción y cerebro se funden como deben hacerlo cuando se canalizan honestamente: con fuerza.

-Lo primero que llama la atención en el disco es cómo combina el rock pesado con detalles muy finos, poco usuales en las bandas chilenas del género.

-Cote: Bueno, partimos con ese concepto. No pensamos sólo en nosotros sino también en una potencial audiencia. Eso significaba no sólo un trabajo interno de la banda sino mío con Juan Andrés (Ossandón) como productores, en torno a experimentar miles de cosas. Fue mucho cabeceo con la grabación: por qué amplificador pasar los instrumentos, donde ubicarle los micrófonos a la batería... cosas técnicas.

-Pero están concientes de que lo habitual es que las bandas de rock más pesado prioricen algo más en vivo, crudo.

-Cote: Eso es lo que se dice, en realidad (escéptico). Porque yo he estado presente en grabaciones de bandas bien grandes y lo que todos quieren lograr es lo que se produce en el ensayo, que es un momento muy intenso. Lo mismo con nosotros. Nos interesaba poner la potencia... las pelotas de Dracma, en la cinta. Coincidentemente, el disco suena muy bien.

-Leo: Es cosa de experiencia, en realidad. Casi todos venimos de otras bandas, entonces hay cosas que ya se saben. Es producto de la perseverancia que hemos tenido. Hubo un tiempo, el 97, cuando ensayábamos de lunes a domingo. Y de repente hasta decíamos "¿y si volvemos en la tarde?".

-¿Qué tiene que pasar para llegar a ese nivel de rigor?

-Leo: Una es corazón. Si no nos gustara, no estaríamos acá. Y todo el proyecto se ha planteado de modo unánime. Aunque todos veníamos de distintas tendencias, al juntarnos todo queríamos lograr algo similar: hacer algo poderoso, que nunca se hubiese hecho en Chile. Fusionar las tendencias para un resultado óptimo.

-Felipe: A mí me gustaba algo un poco más delicado, pero Yamal venía de una base más Led Zeppelin, Queen. Entonces al mezclar el Hammond y el bajo bien finos y una guitarra bien gorda, quedó espectacular.

-Leo: Eso es lo que me gusta del grupo. Mi polola la otra vez me decía "en Dracma no todo va para un mismo lado". Hay cosas distintas pero armonizadas que además suenan con peso.

-Esa amplitud también ayuda a que los escuche gente diversa.

-Leo: Exactamente, ampliamos el espectro.

-Cote: Ojalá. Yo no tengo ningún prejuicio. Esta es música honesta, escrita por nosotros cinco. Son cosas que salen de corazón.

-Me interesa aclarar bien su inicial independencia. El disco ya estaba prácticamente grabado cuando los contactó Santaolalla, ¿correcto?

-Todos: Sí. Estaba listo en un 80 por ciento.

-Entonces lo bien que suena no es mérito suyo, exactamente.

-Felipe: Es un malentendido habitual. Pero para nosotros también es súper importante contar con Gustavo. En general, sus proyectos son siempre de calidad, más allá de que te guste o no el estilo. Entonces sabís que tenís el reconocimiento de un tipo que es, no sé, un monstruo. Pero a él también le gustó mucho que este fuera un proyecto que ya estuviera hecho.

-Cote: Lo que Gustavo aportó mucho fue en términos de edición, de ordenar los temas, el concepto general de la banda. Cuando estás grabando un disco es fácil que te encandiles. Piensa que nisiquiera íbamos a incluir el "Chilenada" en el disco porque no teníamos la base bien desarrollada.

-¿Qué hablaban en términos de difusión del trabajo? Estar con él es pensar de inmediato en grande, ¿no?

-Cote: Gustavo es genial. Un día nos dijo "nosotros también somos un sello de mierda, lo que pasa es que no hemos tenido el tiempo de demostrárselo" (risas de todos). Es bien realista. Nos decía "no piensen que Surco es la salvación, ustedes son la salvación".

-Felipe: Yo le leí una entrevista en que él decía algo que es muy cierto. Hay bandas que piensan que por entrar a Surco van a ser Molotov y vender un millón de copias. Hay bandas de Surco que por ahí no les ha ido muy bien. Depende del trabajo de cada uno.

-Pero en Surco sí hay características de trabajo que les acomodan más que las de otros sellos.

-Cote: Lo que se produjo y que no es malo decirlo, es que cuando nosotros estuvimos buscando sello no nos pescó ninguno. Nadie.

-Yamal: Estábamos dispuestos a promocionar el disco de manera independiente.

-Cote: Teníamos el antecedente directo del primer disco de De Kiruza, que se vendió mano a mano y sacó cinco mil discos en una semana en la Feria del Disco. Sabíamos que es algo que se puede hacer. Teníamos ese horizonte.

-Pero con esta conexión, el horizonte debe haberse ampliado hasta lo internacional. Es lógico pensar eso con el catálogo del sello.

-Felipe: La verdad es que no tenemos idea de eso. Nuestra única preocupación ahora es Chile. La gente de Surco, incluyendo a Gustavo, coincidió en que Dracma debía hacerse una banda bien popular en Chile para, desde ahí, empezar a pensar en hacer algo en el exterior. Y es que también las letras de Dracma tratan de lo que sucede acá. Yo no podría hablar de Chiapas porque no es mi realidad. La gente que está allá tiene que encargarse de hablar de eso.

-¿Qué tan conciente es ese localismo?

-Felipe: Tratamos de tirar algo más... no sé si contestatario sea la palabra, pero sí tener los ojos más abiertos con respecto a lo que pasa.

-¿Creen que ahí hay una herencia del enfoque letrístico que siempre tuvo De Kiruza?

-Cote: Puede ser que en algún sentido coincidan, pero no es intencional. No estamos planeando ser el grupo contestatario, pero sí asumir que como grupo tenemos una misión. Todas las personas la tienen. No estamos imponiendo, sino planteando lo que pensamos.

-Felipe: Es muy distinto de lo que ocurre con De Kiruza. Es otra época, otra realidad. Quizás Dracma no hubiera podido existir en la época en que trabajó De Kiruza. Hay letras en la banda que hablan de relaciones de pareja... entonces dependen del estado por el que vai pasando. No se trata de criticar por criticar, sino decir "mira, esto pasa". Chile a mí me da un poco de risa. Es como esos parientes pobres que uno va a ver y arreglan toda la casa y se ponen todas las joyas que tienen en el closet. Como que Chile está un poco estancado en montones de cosas y es bueno decir eso. Y es bueno que un chico escuche y diga "es verdad eso que dijiste" o no esté de acuerdo, por último.

-Hay muchas bandas con un discurso similar al suyo, pero que al momento de plasmarlo en letras no se ven significativas diferencias con lo que hace todo el mundo. ¿Cómo evalúan ustedes a otras bandas de supuesta crítica social?

-Cote: Creo que ahora el hip-hop está diciendo cosas que están pasando en poblaciones, en los barrios. Pero es una realidad que de repente se fuerza para que, en algunos casos, parezca el Bronx o South Central en Los Angeles. Nuestra historia es acá, lo que nosotros estamos mirando como jóvenes.

-Felipe: Igual no es criticable lo que está sucediendo con el hip-hop. Hay bandas que hace cinco años eran impensables en Chile, con discos de gran calidad. Creo que el rap en Chile está a años luz de Argentina, por ejemplo.

-¿Qué reacción han percibido hasta ahora con la letra de "Chilenada"?

-Cote: Ya nos censuraron.

-¿En serio?

-Cote: Según los cánones del colegio Verbo Divino, no entramos en el Festival Alcántara. Y ya había un acuerdo con el productor, pero parece que el centro de alumnos escuchó algo y me llamaron y me dijieron "primero, no me gustó el nombre del primer tema", porque nisiquiera pronunció "Hijo de puta". "Y en cuanto a Chilenada, creo que no entra en los cánones de enseñanza del colegio". Yo le dije "¿qué edad tenís, viejo? Fíjate bien, porque a los 17 años ya te están cagando la cabeza en ese colegio. Puta, qué lata. Nosotros vamos a pasar a buscar el disco mañana".

-Felipe: Tampoco nuestra intención es andar insultando a todo el mundo. Hay gente que hasta nos ha dicho "oye, ustedes son antipatriotas". Y al contrario. "Chilenada" es como esa advertencia que sale en la cajetilla de los cigarros. Es decir "Ojo, Chile no está okey, ¿cachai? Hay un montón de cosas que no están funcionando".

-Cote: No somos los jaguares, ¿cachai? Estamos lejos de ser un gatito. Pero estamos en un momento en que podemos demostrar que la podemos hacer. Y en todos los aspectos: médicos, ingenieros, músicos, artistas. Tenemos que lograr fusionar nuestra energía con hacer cosas.

-Pero asumiendo las limitaciones.

-Felipe: Claro. Hay un montón de cosas espectaculares en Chile, hay muy buena gente. Pero también tuvimos veinte años de dictadura, que es algo fuertísimo para cualquier país. Y estamos aún viviendo las consecuencias de eso. Quizás es comprensible que haya miedo mientras no se resuelvan ciertas cosas del pasado.

-Cote: O sea, cómo no va a ser frustrante pa' un joven, de cualquier lado político, que lo que está pasando en Londres es porque nosotros no tuvimos los pantalones para hacer justicia acá. Eso te hace ver que hay que replantearse muchas cosas todavía.

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